
Fotografía Documental de Familias
La vida cotidiana en familia nos ofrece infinidad de momentos mágicos: situaciones, gestos, risas, enfados, arrumacos, juegos, conversaciones… Muchos de ellos ocuparán para siempre un lugar privilegiado en nuestra memoria. Pero por desgracia, otros muchos se desvanecerán en el olvido para siempre.
Si no quieres que esto último ocurra, ¡tengo una solución!
Si quieres tener un bonito recuerdo de una época determinada de tu vida, de la de tus hijos, de la de tus padres, de la de tus abuelos, de la de tus sobrinos… Si quieres recordar un día en concreto. Si quieres hacer un regalo especial a alguien. Si quieres decorar una pared de tu casa con una o varias fotos de los tuyos, pero ninguna de las que tienes te termina de convencer. O si sencillamente te apetece ampliar tu archivo de fotos familiar con imágenes profesionales y de calidad.
¡Las sesiones de Fotografía Documental de Familia son ideales para ti!
¿Qué?
Aunque el nombre de estas sesiones es bastante descriptivo: fotografía documental de familias, en muchas ocasiones lleva a confusión, por lo que diría que se trata de sesiones fotográficas que tienen como objetivo retratar en imágenes momentos únicos y cotidianos de miembros de una familia.
Para lograrlo, nos abrís vuestras casas a mi cámara y a mí por unas horas y nos permitís que os acompañemos durante un rato.
¡Y al igual que cada momento y cada familia son únicos, cada serie fotográfica también lo es!
¿Quién?
Aunque normalmente la gente que suele contactarme son en su mayoría familias con bebés o niños pequeños, los protagonistas de este tipo de sesiones puede ser cualquiera: familias con hijos más mayores o adolescentes, parejas, madres y padres solteros o divorciados, abuelos, tus padres a punto de jubilarse, tú y tus hermanos, primos, sobrinos, tú y tu mascota…
Porque… ¿a quién no le gustaría, por ejemplo, tener un retrato bonito de sus abuelos o de sus padres, tal y como son ahora, con esas huellas que deja el paso del tiempo?
A mí personalmente, me encantaría poder retroceder en el tiempo y hacer uno (o mejor varios) retratos a mi abuela María, pero desgraciadamente ya es demasiado tarde para eso 🙁
¡¡¡Así que si aún puedes hacerlo, no lo dudes, seguro que en un tiempo te alegrarás de haberlo hecho!!!
¿Cómo?
Normalmente me gusta conocer a las personas que voy a fotografiar con antelación. Este breve encuentro sirve para ponernos cara, conocernos un poquito más y para planificar la sesión. Si las agendas no lo permiten, también podemos hacer un encuentro online con el mismo objetivo.
Curiosamente, mi experiencia me dice que soléis ser vosotros los que preguntáis muchas más cosas que yo en estos encuentros, y eso me encanta, porque cuantas menos dudas tengáis, más seguros os sentiréis ante la cámara el día que hagamos las fotos.
¿Dónde?
He de admitir que siempre que me preguntáis a mí, el sitio que elijo para hacer las fotos suele ser vuestra casa. Personalmente me encanta poder fotografiaros en vuestro entorno, rodeados de vuestras cosas, en vuestras habitaciones, salones o cocinas. Tratar de relatar así en la serie fotográfica vuestra realidad, sin posados, sin adornos… No importa el tamaño que tenga, lo ordenada o desordenada que esté… sea como sea, es así y es vuestra y eso es lo importante.
Quizás pensaréis que en casa es aburrido. Sin embargo me he encontrado con muchos clientes que una vez que tienen las fotos delante miran asombrados lo diferente que parecen rincones de sus casas en las imágenes. Y no, no hago milagros, pero es cierto que muchas veces, estar rodeados de vuestros objetos cotidianos frente a una mirada diferente y neutra del espacio, hace que éstos adquieran una nueva dimensión. Y esto unido a tres simples pero complejos elementos: nuevas perspectivas, nuevos ángulos y ante todo, una lectura diferente de la luz que los ilumina, puede transformar la apariencia del sillón sobre el que te recuestas a diario.
También me he encontrado con clientes que lo tienen clarísimo y que prefieren hacerlo en otro lado, por ejemplo un parque al que vais a menudo, o dando un paseo por el barrio. Y para mí es perfecto también.
No podéis olvidar que una vez hechas, las fotos serán vuestras. Por lo que lo más importante para mí es que estéis satisfechos con ellas.
¿Por qué?
Suele ser un topicazo, pero es cierto que el tiempo pasa volando. Sin embargo, una fotografía tomada en un momento determinado, consigue retener ese momento para siempre. Y por lo tanto, además de en la memoria, un recuerdo en imágenes es una de las pocas maneras que tenemos (al menos por ahora y personalmente espero que por mucho tiempo) de “detener el tiempo” para poder volver a él siempre que queramos.
Soy consciente que cada vez es más habitual tener infinidad de fotos de nuestros momentos especiales y nuestros seres queridos a sólo un clic y en el bolsillo (y precisamente reflexionaba sobre esto no hace mucho), sin embargo, una fotografía realizada por un tercero ajeno a la familia, suele ofrecernos nuevas visiones y nuevos ángulos de una misma realidad. Si además esa persona es una fotógrafa profesional, esas imágenes suelen ser muy diferentes a las que capturamos a diario con nuestros teléfonos móviles, y por lo tanto puede valer la pena añadirlas también a nuestros enormes archivos de fotos personales.
Para muchos no resulta sencillo ponerse frente a una cámara. Y entiendo totalmente el miedo escénico de ponerse frente a una cámara, de hecho, yo suelo estas siempre al otro lado 😉 Sin embargo mi manera de trabajar suele ser muy relajada, adaptándome a las situaciones tal y como son, sin forzar nada… y por el momento me ha dado muy buenos resultados!
Me encanta que estar frente a mi cámara se convierta en una experiencia reconfortante para vosotros, y mi experiencia me dice que mis retratados soléis recordar estas sesiones con mucho cariño.
¿Cuánto?
Poner un precio a este tipo de sesiones es complicado, ya que cada persona que entráis en contacto conmigo, tenéis en mente algo diferente. Para que te hagas una idea, el precio de estas sesiones suele empezar en los 200 euros (que incluye 2 horas de sesión y aproximadamente 15-20 imágenes en alta resolución), pero como las posibilidades son infinitas, suelo hacer un presupuesto ajustado a los deseos de cada cliente.
También puedo diseñar e imprimir para vosotros un fotolibro con una selección de las imágenes tomadas durante la sesión. Y si tenéis alguna idea de utilizar alguna de las fotografías para realizar regalos, también podemos ver juntos qué podemos hacer para sorprender a quien lo reciba.
¡Venga, no le des más vueltas, estoy a sólo un clic de que tu familia quede retratada para siempre!
¿Te atreves?