Croquetas de… Vientos de una vida
Hay recuerdos de la infancia que permanecerán por siempre inalterables. Hay personas, lugares, momentos, objetos, olores, sonidos… que te acompañan allá donde vayas, sin importar el paso del tiempo, ignorando nuevas vivencias y realidades, porque ocupan un lugar privilegiado en tu memoria, en tu ser.
Ocurre que, cuando regresas a dichos lugares, revives con tanta claridad todos los momentos vividos en ellos, que parece que el tiempo se ha parado, y ni la más densa niebla, puede evitar que revivas de nuevo recuerdos pasados, vividos hace años, y compartidos con muchas personas que siguen estando cerca, presentes, pero también por otras que ya no están, presentes de otra manera.
Revivir la magia de tiempos pasados, revitaliza tu yo. Te sirve para parar, para reflexionar, para meditar, para reencontrarte con un pasado que siempre está presente, por muy lejos que estés y por mucho tiempo que pase.
He estado unos días en Orduña. Y para mí, viajar allí, es transportarme en el tiempo a un pasado mágico vivido, pero también a un pasado mágico del que no formé parte, y del que sólo he sido testigo en boca de otros, escuchando historias, anécdotas, vivencias. Y también de los silencios nunca narrados.
Veo a Eloy en Orduña y a María en Aloria. Los veo de niños, de jóvenes, de adultos y de ancianos. Veo a mis abuelos. Los veo en cada rincón de esa casa. En cada objeto. En cada calle. En la plaza y en las iglesias. En el monte, en los árboles, en el viento.
Vientos del pasado que reviven en mí. Vientos mágicos que aportan tranquilidad. Amor. Paz. Serenidad.
Vientos de una historia vivida.
Vientos de una vida.
¡Qué bonito Elenita! Orduña es un lugar mágico, entrañable y de todos.
Un beso gordo gordo
¡Gracias Bego! Sí, creo que, cada uno a nuestra manera, pero todos tenemos bonitos recuerdos de Orduña y de esa casa. Tan llena de historia de nuestra familia, de nuestros orígenes… Besotes mil