Ajenos a lo que les rodea, Eusebio y Gustavo charlan animadamente. Ya hace años que están jubilados y sus días no conocen el ajetreo y la actividad de tiempos pasados en los que las jornadas laborales marcaban sus días.
Ajenos a lo que les rodea, Eusebio y Gustavo charlan animadamente. Ya hace años que están jubilados y sus días no conocen el ajetreo y la actividad de tiempos pasados en los que las jornadas laborales marcaban sus días.
Un estruendo resuena en la calle. Es medianoche. No sé qué hora es. Dormía, pero con el estruendo, me desvelo. Intento volver a dormir. No lo consigo.
Prepara la cena con música de fondo. Mientras la lubina está en el horno, se mete al baño. Se ducha. Se viste. Aún tiene tiempo. Descorcha una botella de vino blanco, pone el ramo de flores en la mesa y enciende la vela. Todo está preparado cuando suena el timbre.