Aino Kannisto ventana fumando

Croquetas de… Aino Kannisto, mucho más que autorretratos

Hay trabajos fotográficos que, aunque están inmensamente alejados del tipo de fotografía que yo hago, me inspiran y me transmiten tanto que sencillamente no me canso de verlos. Es el caso del trabajo de la fotógrafa finlandesa Aino Kannisto que pertenece a la Helsinki School y mi primer contacto con su trabajo fue en una exposición en el Stenersen Museet de Oslo hace ya varios años.

 

Kannisto crea conceptualmente escenas y se autorretrata como protagonista única de la imagen. Sus fotografías cuidadas al detalle, tanto técnicamente como en la elección de los elementos que las forman, logran transmitir infinidad de emociones. Y el hecho deliberado de que ninguna de sus obras tenga título deja totalmente abierta la lectura que el espectador pueda hacer de la misma, dejándose arrastrar por las escenas hacia un mar de sentimientos y emociones dirigidas parcialmente por la fotógrafa, pero que, dependiendo del tuyo propio, te arrastra hacia nuevos estados emocionales.

 

Una mujer solitaria en situaciones cotidianas y anecdóticas sirven de punto de partida a la fotógrafa para reconstruir un imaginario de alta intensidad emocional. Escenas todas ellas que, lejos de recrear acontecimientos vividos por la propia artista, son “proyecciones de su paisaje emocional interno”, según ella misma explica.

 

Además, la fuerza de la sencillez estética de sus imágenes queda rotundamente potenciada por cada uno de sus escasos elementos, ya sean éstos una bañera, unas cortinas, unas paredes o cualquier objeto cotidiano como una tetera o un vaso de agua, y que infiere tanto al conjunto de la obra, que es imposible no dejar volar tu imaginación para reconstruir las miles de historias que cada una de esas imágenes puede acarrear.

 

Kannisto lleva más de 17 años centrando su trabajo fotográfico en este tipo de imágenes y buscando la inspiración para crearlo en el mundo que la rodea, la literatura, el cine o la fotografía, así como en su memoria, sueños o pesadillas.

 

En un mundo en el que los autorretratos, o mejor dicho los selfies, están inundando nuestro día a día, la obra de Kannisto toma además nueva relevancia.

 

Aino Kannisto vestido y cortinas

 

Aino Kannisto en cama

 

Aino Kannisto tomando te

 

Aino Kannisto cocina

 

Fotos: Aino Kannisto

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