Croquetas de… Podar y cultivos primaverales

Sabemos que es lo normal. Podar para que así árboles, plantas y flores crezcan con más vigor y fuerza. Pero, ¡cómo impone hacerlo! Meter tijera en frondosas ramas, no es fácil. Al menos para nosotros, urbanitas sin grandes dotes para el cultivo. Después de mucho dudarlo, el limonero que preside nuestra terraza se ha visto reducido a peladas ramas.

 

Este año, por fin, la ilusión pudo más que el temor, y la sola idea de que nuestro limonero pueda obsequiarnos con más limones, ha sido la razón principal por la que hemos conseguido vencer nuestro, quizá incomprensible, temor a podar. Nuestros buenos presagios se confirman tan sólo unos días después y de las peladas ramas comienzan a asomar ya hermosos brotes.

 

 

 

Esta primavera hemos cogido con ganas nuestra apertura de terraza. Será porque el tiempo acompaña, con unas temperaturas primaverales de vértigo que nos hacen soñar con una terraza frondosa para los meses de calor que se avecinan.

 

Nuestros clásicos ya están a pleno rendimiento o en camino. Nunca fallan. Y eso a pesar que nuestra mano con las plantas, dista mucho de la que tenían nuestras abuelas. Una vasca y otra noruega, pero la misma pasión por cultivar y mimar sus plantas y jardines.

 

 

 

Y arrastrados por el proyecto escolar de nuestro hijo, nos hemos lanzado de lleno a la moda del huerto urbano.

 

Estas vacaciones vino con nosotros una pequeña maceta con el cartel de Tomates. El pequeño de la familia era el encargado de regar cada día. Unos días demasiado encharcada la tierra, otros demasiado seca… Entre eso y los cambios de lugar, viajes en coche incluidos, no apostábamos demasiado por que esas semillas consiguieran convertirse en pequeños brotes que serían más tarde transplantados a la Huerta sin Puerta del cole. Pero el último día de vacaciones, vimos con asombro y una gran ilusión cómo nuestros presagios eran tan desacertados como nuestro miedo a podar. Uno tras otro, los brotes iban asomando tímidamente.

 

Por eso, no hemos tardado mucho en apostar por nuestra suerte en los cultivos de esta temporada y hemos plantado unos preciosos semilleros en nuestra terraza. Cada día con ilusión los regamos con mucho mimo.

 

Si nuestra suerte se alarga, en un tiempo tendremos girasoles, pepinos, calabacines, tomates, fresas, albahaca, zanahorias, perejil y lechugas en nuestro huerto.

 

 

 

Veremos qué sucede. De momento, nuestra ilusión y esperanza por una buena cosecha está intacta. Y eso ya hace que merezca la pena.